martes, 16 de abril de 2013

¿Yo? Yo no sabía nada.

Yo, que siempre me he mantenido al margen de todos estos asuntos, de la política, de la economía y de la situación de España, hoy, he sentido la necesidad de escribir sobre esto.
Y por supuesto, hablo desde mi punto de vista, incluso podría decir que hablo de esto siendo una inculta sobre este tema. Y no sé si esta incultura se debe a mi poco interés hasta ahora o a que cada vez que he intentado saber algo sobre el tema me han respondido con un "eres pequeña para entenderlo".
Y de lo poco poquísimo que sé, tengo pánico al futuro.
Tengo pánico porque prometen prosperidad y mejoras, pero yo solo sé que cada vez veo esto peor.
Tengo pánico porque a mis 16 años he visto cosas que con 12 ni me imaginaba, porque he visto como la gente mayor del barrio se bajaba a la plaza a coger comida de los cubos de basura. Porque he visto como cogían el pescado ya podrido, lo lavaban en la fuente y se lo llevaban en bolsas de basura.
Porque la gente ya no se preocupa de si la ropa conjunta, se conforma con tener ropa.
Porque he visto a las señoras mayores ir a los cierres de las panaderías a coger lo que tiraban.
Porque antes había 3 pobres como mucho en la plaza, y ahora son 10.
Porque antes extranjeros venían a España a buscar esperanza y ahora somos nosotros quienes buscamos esperanza fuera.
Porque veo todos los días por televisión, cuando voy al centro de Madrid, o por el barrio, las múltiples manifestaciones de gente desesperada buscando soluciones, por desahucios, por estafas, por desempleo, por rabia.
Porque ahora mismo España está rabiosa.
Y yo, que nunca me he interesado en la política, me estoy interesando, porque alguien tiene que cambiar esto, y si seguimos sin interesarnos no va a cambiar nada, vamos a seguir sometidos a una serie de políticos deshorandos, que nos mienten y que roban.
Que en vez de unirse para intentar mejorar esta situación catastrófica que se agrava con el tiempo, se echan mierda los unos a los otros, porque verdaderamente a ellos no les afecta.



SIN PRESIÓN NO HAY REVOLUCIÓN, SIN REVOLUCIÓN NO HAY CAMBIO.

lunes, 15 de abril de 2013

Dentro.

A veces olvido cuanto nos odiamos.
Y entonces muevo la pierna, con el nerviosismo que me caracteriza y odias.
Y suspiras.
Te miro.
Suspiro.
Me miras.
Y entonces sí, ahora entiendo cuanto nos queremos para soportarnos de esta manera.